tcav__story_init();
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7761000/7761118.stmEs difícil de imaginar tantas aves coloridas juntas en un mismo sitio, sobrevolando su "megalópolis" de nidos en medio de un ruido ensordecedor.
Pero ese lugar existe en Argentina: es la colonia de loros más grande del mundo, según varias organizaciones ornitológicas internacionales, y si bien es numerosa y vibrante se ha visto amenazada por el avance de las actividades humanas.
Este ecosistema considerado único se encuentra en el paraje "El Condor" (provincia de Río Negro), un rincón remoto de la Patagonia argentina sobre la costa del Océano Atlántico, a unos mil kilómetros al sur de Buenos Aires.
A lo largo de 12 kilómetros de acantilados habitan unos 180.000 loros de plumas verdes, azules y rojas, que con sus picos han cavado unos 35.000 nidos de hasta tres metros de profundidad en los despeñaderos.
"Este loro es muy particular. Se llama barranquero porque anida en barrancos", le explica a BBC Mundo el biólogo argentino Juan Masello, del Instituto de Ornitología Max Plank, de Alemania.
"Es un ave monógama, que comparte toda su vida con la misma pareja, en el mismo nido, y tiene un promedio de tres crías".
"Cuando sale de su hogar, lo hace para alimentarse, socializar o migrar hacia el norte en otoño", añade.
Ya en el siglo XIX, los barranqueros (Cyanoliseus patagonus) llamaron la atención del científico británico Charles Darwin, quien escribió sobre ellos en sus diarios.
En peligro
Masello es uno de los más reconocidos estudiosos de la colonia El Cóndor.
"Es la mayor reserva del planeta no sólo de loros barranqueros, sino también de loros en general", confirma.
Si bien reside en Alemania, el biólogo argentino visita constantemente el lugar para examinar el estado de las aves y sus nidos, y verificar los perjuicios que sufren por la influencia humana.
De hecho, la colonia se encuentra en peligro por la venta ilegal de especies, la creciente urbanización y fundamentalmente el avance de la frontera agropecuaria.
"La amenaza más importante es la pérdida de la flora autóctona, generada por la expansión agrícola", advierte Masello.
"Se está arrasando el monte, una vegetación arbustiva con una gran biodiversidad y que es la fuente principal de alimento para los loros", añade.
En la última década, la agricultura y la ganadería -las principales actividades económicas de Argentina- se han extendido hasta esta región seca y ventosa, alejada de la Pampa fértil en el centro del país, debido al auge exportador.
El desmonte para hacer lugar a vacas, ovejas y cultivos de trigo y avena ha avanzado a un ritmo de un 4% anual, según cifras oficiales.
Al reducirse la superficie de plantas silvestres donde los loros comen brotes, frutos y semillas, se pone en peligro su supervivencia.
Por eso, los barranqueros ocasionalmente deben alimentarse de cultivos, lo que les ha valido el odio de algunos agricultores.
¿Buenos vecinos?
Los productores defienden su derecho a trabajar en la zona y, entre ellos, no faltan quienes califican a los loros de perjudiciales.
"Hay agricultores que les tienen bronca a estas aves porque les comen sus sembrados", admite a BBC Mundo Pedro Eddy, presidente de la Sociedad Rural de la región, en referencia a sus representados.
"Algunos se ponen muy nerviosos, sobre todo cuando no tienen una buena cosecha y hasta hay quienes les disparan a los loros, porque los consideran una plaga".
"Yo creo que no son animales malos y que el daño que hacen a los campos es menor. Todos los extremos son malos", aclara Eddy.
En medio de la tirante relación entre productores y loros, los especialistas creen que todavía es posible salvar la poco conocida y comprendida colonia El Cóndor.
Proyecto de ley
Recientemente, este ecosistema fue declarado por la organización BirdLife International como "Área Importante para la Conservación de Aves".
Por su parte, la legislatura de la provincia de Río Negro discute un proyecto de ley para convertirlo en "Área Natural Protegida".
"Esperamos que la norma se apruebe el año próximo. Nos va a dar más elementos para preservar la colonia", le asegura a BBC Mundo la legisladora Adriana Gutiérrez.
Mientras se tramita la ley, biólogos, ambientalistas y autoridades insisten en que los lugareños deben aprender a convivir con los loros antes de que sea demasiado tarde.
http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_7761000/7761118.stmEs difícil de imaginar tantas aves coloridas juntas en un mismo sitio, sobrevolando su "megalópolis" de nidos en medio de un ruido ensordecedor.
Pero ese lugar existe en Argentina: es la colonia de loros más grande del mundo, según varias organizaciones ornitológicas internacionales, y si bien es numerosa y vibrante se ha visto amenazada por el avance de las actividades humanas.
Este ecosistema considerado único se encuentra en el paraje "El Condor" (provincia de Río Negro), un rincón remoto de la Patagonia argentina sobre la costa del Océano Atlántico, a unos mil kilómetros al sur de Buenos Aires.
A lo largo de 12 kilómetros de acantilados habitan unos 180.000 loros de plumas verdes, azules y rojas, que con sus picos han cavado unos 35.000 nidos de hasta tres metros de profundidad en los despeñaderos.
La amenaza más importante es la pérdida de la flora autóctona, generada por la expansión agrícola Juan Masello, biólogo |
"Es un ave monógama, que comparte toda su vida con la misma pareja, en el mismo nido, y tiene un promedio de tres crías".
"Cuando sale de su hogar, lo hace para alimentarse, socializar o migrar hacia el norte en otoño", añade.
Ya en el siglo XIX, los barranqueros (Cyanoliseus patagonus) llamaron la atención del científico británico Charles Darwin, quien escribió sobre ellos en sus diarios.
En peligro
Masello es uno de los más reconocidos estudiosos de la colonia El Cóndor.
A lo largo de 12 kilómetros de acantilados habitan unos 180.000 loros. |
Si bien reside en Alemania, el biólogo argentino visita constantemente el lugar para examinar el estado de las aves y sus nidos, y verificar los perjuicios que sufren por la influencia humana.
De hecho, la colonia se encuentra en peligro por la venta ilegal de especies, la creciente urbanización y fundamentalmente el avance de la frontera agropecuaria.
"La amenaza más importante es la pérdida de la flora autóctona, generada por la expansión agrícola", advierte Masello.
"Se está arrasando el monte, una vegetación arbustiva con una gran biodiversidad y que es la fuente principal de alimento para los loros", añade.
En la última década, la agricultura y la ganadería -las principales actividades económicas de Argentina- se han extendido hasta esta región seca y ventosa, alejada de la Pampa fértil en el centro del país, debido al auge exportador.
Los productores defienden su derecho a trabajar en la zona. |
Al reducirse la superficie de plantas silvestres donde los loros comen brotes, frutos y semillas, se pone en peligro su supervivencia.
Por eso, los barranqueros ocasionalmente deben alimentarse de cultivos, lo que les ha valido el odio de algunos agricultores.
¿Buenos vecinos?
Los productores defienden su derecho a trabajar en la zona y, entre ellos, no faltan quienes califican a los loros de perjudiciales.
Hay agricultores que les tienen bronca a estas aves porque les comen sus sembrados Pedro Eddy, presidente de la Sociedad Rural |
"Algunos se ponen muy nerviosos, sobre todo cuando no tienen una buena cosecha y hasta hay quienes les disparan a los loros, porque los consideran una plaga".
"Yo creo que no son animales malos y que el daño que hacen a los campos es menor. Todos los extremos son malos", aclara Eddy.
En medio de la tirante relación entre productores y loros, los especialistas creen que todavía es posible salvar la poco conocida y comprendida colonia El Cóndor.
Proyecto de ley
Recientemente, este ecosistema fue declarado por la organización BirdLife International como "Área Importante para la Conservación de Aves".
Es la colonia de loros más grande del mundo, según varias organizaciones ornitológicas. |
"Esperamos que la norma se apruebe el año próximo. Nos va a dar más elementos para preservar la colonia", le asegura a BBC Mundo la legisladora Adriana Gutiérrez.
Mientras se tramita la ley, biólogos, ambientalistas y autoridades insisten en que los lugareños deben aprender a convivir con los loros antes de que sea demasiado tarde.